Segundo Chalco trabaja en la reconstrucción del muro de 70 metros de la parte frontal de su vivienda, que fue destruido por la fuerza del aluvión del pasado 31 de enero. La corriente de lodo y árboles fue arrastrando todo lo que encontraban a su paso.
En pocos días se cumple dos meses de este desastre natural y Chalco afirma que la situación todavía es crítica. La ayuda que ha recibido del Municipio ha sido mínima. “Solo recibí ladrillos que no son adecuados para reforzar el muro”, señaló a este Diario.
Ha tenido que recurrir a sus ahorros para comprar los materiales de construcción. Hasta el 22 de marzo de 2022, ha gastado USD 2 744 entre materiales y mano de obra.
Por su parte, la empresa privada y fundaciones han llegado a la casa de la familia Chalco con arena, piedra y varilla.
Su casa está ubicada en un terreno de aproximadamente 1 000 metros cuadrados. Vive con sus cuatro hijos; cada uno tiene su vivienda y todas fueron afectadas.
Además, su único ingreso económico fue destruido. En este lugar, tenía cuatros piezas de arriendo que recibieron todo el impacto. Ahora solo existe parte del piso. Hasta el momento no ha podido reconstruirlos porque no tiene presupuesto.
La labor del Municipio
Gabriela Yángüez, administradora del zonal Eugenio Espejo, dijo que se ha realizado un trabajo articulado con otras entidades municipales y la empresa privada para la reparación de las 32 viviendas que fueron afectadas.
Como parte del Plan de Rehabilitación y Reactivación que implementa el Municipio de Quito, se han entregado 7 000 bloques de hormigón, 600 quintales de cemento, 50 metros cúbicos de arena, 33 metros cúbicos de ripio, 14 metros cúbicos de piedra, y 70 unidades de columnas prefabricadas de 6 metros de longitud que fueron distribuidos entre las familias afectadas.
Según la funcionaria, la Administración Zonal ha mantenido sesiones de trabajo permanentes con los moradores de la zona, con la finalidad de establecer líneas de acción en función de sus requerimientos.
Estas tareas han permitido fijar el material necesario para las tareas de reparación de las casas de los damnificados, quienes a través de la gestión público-privada se han visto beneficiados.
Sin embargo, otras familias que sufrieron daños en sus viviendas creen, como la familia Chalco, que las donaciones municipales, no compensan sus necesidades.
Créditos privados y ahorros
Julio Collahuazo contó a este Diario que, en principio, iba a solicitarlo a Banecuador, que llegó con los créditos que el Gobierno central puso a su disposición. Sin embargo, las tasas de interés, según Collahuazo, eran demasiado altas por lo que prefirió acudir a bancos privados, que eran más beneficiosos.
La fuerza del aluvión destruyó una parte del departamento de su hija, ahora solo espera tener más fondos para continuar con los trabajos de reconstrucción.
Aunas pocas cuadras, entre las calles Ignacio de Quezada y Núñez de Bonilla, Fabián Tenesaca tiene su morada. Debió sacar el dinero de sus ahorros para reparar su vivienda.
En su caso, hasta el vehículo, que era su herramienta de trabajo, fue destruido. Mientras tanto, la construcción del muro debe ser suspendida porque ya no cuenta con el dinero para pagar la mano de obra. Hasta el momento ha invertido USD 3 900, pero requiere más material para culminar la obra.