La guerra en Ucrania está llevando al Fondo Monetario Internacional (FMI) a recortar las estimaciones de crecimiento mundial para 2022 y 2023. Eso mientras el alza de los precios de los alimentos y la energía presionan a las economías. Así lo afirmó la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, el 14 de abril de 2022.
Georgieva dijo que la invasión rusa a Ucrania está “enviando ondas de choque por todo el mundo” y suponiendo un enorme revés para los países que luchan por recuperarse de la pandemia del Covid-19. “En pocas palabras, nos enfrentamos a una crisis sobre otra crisis”, dijo Georgieva en declaraciones a la Fundación Carnegie para la Paz Internacional en Washington.
Y agregó que “en términos económicos, el crecimiento ha disminuido y la inflación ha aumentado. En términos humanos, los ingresos de la gente han disminuido y las dificultades han aumentado”. El FMI, que publicará nuevas previsiones económicas, prevé que la inflación, que ahora es un “peligro claro y presente”
para muchas economías, seguirá siendo elevada durante más tiempo del previsto. Menor crecimiento Georgieva no proporcionó un dato específico para el crecimiento mundial, pero ya había dicho que sería inferior al 4,4% que el FMI pronosticó en enero. Esa cifra ya fue reducida en medio punto porcentual debido a las persistentes interrupciones de la cadena de oferta causadas por la pandemia.
“Desde entonces, las perspectivas se han deteriorado de forma sustancial, en gran medida por la guerra y sus repercusiones”, afirmó Georgieva. Añadió que “la inflación, el endurecimiento financiero y los frecuentes y amplios confinamientos en China, que provocan nuevos cuellos de botella en las cadenas de oferta mundiales, también están pesando sobre la actividad”.
Fragmentación mundial Georgieva también advirtió de una nueva e importante complicación, la fragmentación de la economía mundial en bloques geopolíticos, con diferentes normas comerciales y tecnológicas, sistemas de pago y monedas de reserva.
Georgieva dijo que tal fragmentación es la mayor amenaza para el orden económico posterior a la Segunda Guerra Mundial. “Un cambio tectónico acarrearía dolorosos costos de ajuste. Las cadenas de oferta y las redes de producción se romperían y habría que reconstruirlas”, aseguró la directora del FMI.
Y añadió que “los países y las personas pobres se llevarán la peor parte”. Georgieva remarcó que la inseguridad alimentaria es una “grave preocupación” debido a la interrupción de la oferta de cereales y fertilizantes desde Ucrania, Rusia y Bielorrusia, lo que presiona a los países más débiles.
Si no se adopta un plan multilateral para reforzar la oferta de alimentos, muchos países se enfrentan a más hambre y pobreza .
