Cinco días después del asesinato del fiscal antimafia paraguayo Marcelo Pecci en una playa de la isla colombiana de Barú, cercana a Cartagena de Indias, la Policía, apoyada por organismos de inteligencia de Estados Unidos, mantiene una intensa operación para tratar de identificar y capturar a los asesinos.
Policías uniformados y otros encubiertos realizan día y noche pesquisas entre los transeúntes, en los autobuses del servicio público, en los vehículos particulares y en las motocicletas que circulan por la ciudad y otras poblaciones vecinas en donde no se descarta que se hayan escondido los criminales.
También son objeto de las operaciones las terminales de transporte y el aeropuerto internacional Rafael Núñez. Nada escapa a las redadas.
Al frente de la operación está el director de la Policía colombiana, general Jorge Luis Vargas, quien recalca que el fin último es dar con los autores materiales e intelectuales de este crimen que enluta a Paraguay y Colombia.
La línea que siguen los investigadores es la búsqueda de un hombre, cuya imagen quedó grabada en las cámaras de seguridad de un establecimiento cercano a la playa donde Pecci fue asesinado 10 pasado 10 de mayo.
“Ayúdenos a identificar, recompensa de 2 000 millones de pesos (unos USD 500 000). Absoluta reserva”, dice el volante con la imagen del sospechoso, que aparece con gafas oscuras y sombrero.
El sicario, que llegó en una moto acuática a la playa donde descansaban el fiscal y su esposa, le propinó tres disparos a Pecci y huyó, sin que ninguna de las personas que estaban en el lugar, estremecidas por el crimen, pudiera hacer nada.
El comisario de la policía nacional de Paraguay, Nimio Cardozo quien viajó a Cartagena dijo a medios que los sicarios habrían tardado “13 minutos” desde que alquilaron la moto acuática, cometieron el crimen y devolvieron el vehículo, y añadió que en el lugar del asesinato encontraron “tres casquillos de pistola 9 milímetros”.
La búsqueda de los autores intelectuales del asesinato de Pecci ha trascendido las fronteras colombianas y se extiende por Brasil, Paraguay y Estados Unidos donde intervienen miembros de la policía paraguaya, la DEA, el FBI y la Europol.
El general Vargas, dijo a medios que el crimen de Pecci no fue “un homicidio común” y agregó que detrás “hay mafias del crimen (internacional)”.
El alto oficial ha dicho que al fiscal lo asesinaron por las “grandes investigaciones” que hacía contra la mafia: “acá hay un planeamiento detallado, hay un sistema de crimen perfectamente establecido“.
El cuerpo del fiscal especializado contra el crimen organizado, narcotráfico, lavado de dinero y financiamiento del terrorismo, será sepultado este domingo 15 de mayo en Asunción en medio de la gran conmoción nacional que ha causado su asesinato.