El Tribunal de lo Criminal de París consideró este miércoles culpables a los 20 acusados que durante casi diez meses han comparecido por su implicación en los atentados yihadistas del 13 de noviembre de 2015 que causaron 130 muertos y cientos de heridos en la capital francesa.
Los jueces declararon culpables por todos los cargos por los que estaban imputados a 19 de ellos, incluido Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos que llevaron a cabo las matanzas en la sala de espectáculos Bataclan, en varias terrazas de París y en el Estadio de Francia de Saint Denis.
La sola excepción fue Farid Kharkhach, para el que el tribunal no retuvo una de las inculpaciones, la de terrorismo.
Como se esperaba, 19 de los veinte acusados fueron condenados por terrorismo a penas desde dos años de prisión hasta la cadena perpetua sin posibilidad de condicional para Salah Abdeslam, único miembro vivo del comando terrorista que ejecutó los ataques contra el Estadio de Saint-Denis, varias terrazas de París y la sala de conciertos Bataclan.
A las 130 víctimas mortales de aquella fatídica noche, se añaden otros dos supervivientes que se suicidaron, uno en 2017 y una segunda el pasado mes de noviembre.
“Tienes la misma vivencia que los padres que han perdido a un hijo y te entiendo. Hemos estado acompañados estos meses. Es importante hablar con gente que está como tú”, concedió al final de la audiencia la española Cristina Garrido, madre de Juan Alberto González Garrido, asesinado con 29 años en el Bataclan.
Llama la atención ver que lo que ha trascendido para una representativa mayoría entre las partes civiles de este juicio son los vínculos creados en estos diez meses.
Los abrazos y las palabras de apoyo se repitieron en la sala entre afectados y supervivientes, con heridas visibles o no de aquel 13 de noviembre. Muchos hablaban con periodistas, abogados y compañeros de asientos como buenos amigos.
Una sensación de alivio que ha llevado a muchos a reivindicarse como los ganadores de una guerra que no empezaron: “La humanidad ha ganado a la barbarie”, confesaba un superviviente este miércoles en las páginas de Libération.