El candente sol guayaquileño, la música, la danza y el olor a caldo de salchicha, cangrejo y seco de gallina. Este fue el marco que recibió a las numerosas personas que desde las 10:00, comenzaron a llegar al Festival de la calle Córdova, en el centro de Guayaquil.
El evento, realizado por los 487 años de fundación de Guayaquil, reunió a más de 20 emprendedores, con ofertas de comida, artesanías, bisutería y arte gráfico, entre otras. La calle Córdova fue cerrada entre Mendiburu y Tomás Martínez. Aquí se instalaron los stands donde los visitantes encontraron todo tipo de productos.
Como el caldo de salchicha de ‘El rincón de la Yoqui’. Yoconda Loor llegó a las 05:00 para tener todo listo y desde muy temprano empezó a vender este plato típico guayaquileño. “Gracias a Dios se ha vendido bastante. La preparación de este plato es muy pesado, pero a la gente le gusta mi sazón”, comentó la mujer.
Ella todos los días lo elabora en su casa, en La Pradera 3 (sur de la urbe) y lo vende a domicilio. Mientras le servía a un hombre que llegó con su familia, destacó la importancia de este festival y eventos de este tipo. “Como emprendedores esto es una gran ayuda para nosotros, para seguir trabajando y salir adelante”.
Con ella coincidió Amadeus Martínez, artista gráfico y profesor de arte, en cuyo stand tenía dibujos hechos co
n plumilla y acuarela. Mientras, otros compañeros efectuaban body paint.
“El evento es muy hermoso, la gente está disfrutando de las fiestas, las obras de arte y la comida”, señaló el emprendedor. “El body paint lo hacen artistas como Nataly Sailema y Josué Santana, quien tiene una discapacidad motriz”.
Amadeus consideró que estas ferias son una gran oportunidad. “El público que está pasando por aquí está muy atento, está interesado en lo que ofrecemos nosotros. La gente ha interactuado, ha preguntado. Aquí damos a conocer nuestros productos, nuestras obras, lo que ofrecemos”.
En la calle Junín se instaló una tarima. Diferentes grupos artísticos se presentaron, animando el ambiente con danzas y amorfinos, mientras el público degustaba alguna exquisitez culinaria y se refrescaba con una bebida fría.
“Orgulloso de traer a mi familia a la cultura tradicional, me regocija conmemorar un año más de fundación de Guayaquil con eventos como este, que me ha parecido espectacular”.
Así lo indicó Marco Fernández, quien acudió acompañado de su esposa y sus cuatro hijos. Todos estaban felices, bailando y festejando. “Comimos de todo: seco de pollo, bollo, corviche. Está todo muy bien organizado”, aseguró sonriendo el ciudadano.
La oferta para el público también incluyó bisutería elaborada de forma artesanal. Lucy Hidalgo la elabora y ofrece a través de sus redes sociales. Por eso, considera importante contar con un puesto en este Festival de la calle Córdova.
Según ella, “yo trabajo de forma independiente. Hace cinco años tengo este emprendimiento, en el que hago collares, pulseras, anillos, aretes, todo lo relacionado con artesanías. Las vendo por redes sociales, pero siempre es importante participar en estos eventos.
La mujer dijo que los artesanos están a la espera de oportunidades en la ciudad. “Hay muchos creativos que necesitan esas oportunidades. La apertura en eventos como este es muy importante”.
El Festival de la calle Córdova termina a las 22:00 y sirve para reactivar los emprendimientos locales, golpeados por la pandemia. Así lo considera María José Nath, quien presentó su centro holístico ubicado en Mucho Lote 1, donde realiza reiki. Además vende artículos artesanales, jabones hechos de glicerina y bisutería con piedras para canalizar las chakras, entre otros objetos.
Inició con su emprendimiento hace tres meses, por lo que para ella, es importante darse a conocer aprovechando estas oportunidades que se brindan en las fiestas de Guayaquil. “Para quienes somos artesanos, a veces hay mucha competencia y es muy complicado. Ahora tuvimos esta posibilidad y se siente una energía muy bonita, el amor de cada emprendedor a su producto”.
