El G7 creará una red de datos para apoyar las investigaciones internacionales y nacionales sobre crímenes de guerra cometidos en Ucrania entre los que se incluyen la destrucción sistemática de infraestructuras críticas.
Así lo indicó la presidencia alemana del grupo de las siete potencias.
Los crímenes de guerra rusos deben ser «investigados con precisión y por juristas expertos», apuntó el ministro alemán de Justicia, Marco Buschmann, al término de la reunión ministerial del G7. Él participó con asistencia del eurocomisario Didier Reynders y del fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan.
Solo así se podrán evitar «situaciones contraproducentes», como que una acusación acabe no prosperando, con el peligro de que el caso sea instrumentalizado por parte rusa o que provoque «aún más traumas» a las víctimas.
El G7, grupo integrado por Estados Unidos, Canadá, Japón, el Reino Unido, Italia, Francia e Italia, además de Alemania, se comprometió en su reunión en Berlín a mejorar la coordinación en las investigaciones a través de esa red de datos procedentes de investigaciones ucranianas, de sus aliados o de instancias internacionales.
«Los crímenes de guerra no pueden quedar impunes, procedan de quien procedan», aseveró Buschmann.
La reunión ministerial de los titulares de Justicia del G7, con participación de la Comisión Europea y de la CPI estaba centrada en la búsqueda de fórmulas de cooperación para llevar ante tribunales a los responsables de crímenes de guerra en Ucrania.
«Desde Berlín queremos mandar una señal política clara. El G7 no es solo un grupo integrado por las grandes potencias industriales; compartimos valores y rechazamos los crímenes de guerra», había afirmado Buschmann en la apertura de la reunión.
«Es nuestro deber ante las víctimas llevar ante la Justicia a los responsables de crímenes de guerra, también en Ucrania», apuntó el fiscal Khan.
La Comisión trabaja no solo para armonizar medidas «contra oligarcas rusos» y las demás sanciones contra Moscú, recordó el eurocomisario Reynders. En paralelo a este trabajo, está el «deber de hacer responder a los responsables de esos crímenes de guerra».
Tanto el fiscal jefe de la CPI como el eurocomisario elogiaron la iniciativa emprendida por el gobierno alemán, durante su año de presidencia de turno del G7, al incorporar por primera vez la cuestión de los crímenes de guerra en la agenda del grupo.
Junto al fiscal de La Haya y el eurocomisario fue invitado a participar en las sesiones el ministro ucraniano de Justicia, Denys Malyuska.
La CPI abrió en marzo una investigación sobre Ucrania, a petición de un primer grupo formado por 40 países, iniciativa a la que se han unido desde entonces otros Estados e instancias internacionales.
Sus investigaciones sobre el terreno en Ucrania se suceden en paralelo a las que lleva a cabo la propia Ucrania, así como una serie de países occidentales aliados de Kiev frente a la invasión rusa.
Según Buschmann, del Partido Liberal (FDP), hasta el momento se han contabilizado hasta 45 000 presuntos crímenes de guerra, por los cuales se investiga a unos 200 sospechosos.
Recordó el ministro alemán que a los «de por sí deleznables crímenes de guerra» de los primeros meses de la invasión se ha unido. La «estrategia rusa de llevar a la población ucraniana a la desesperación y la muerte», atacando infraestructuras críticas ante el invierno y cortando los suministros de agua y electricidad.
El secretario de Estado japonés de Justicia, Kadonyama Hiroaki, destacó «Lamentablemente, estamos asistiendo a un aumento de los crímenes de guerra». Coincidiendo con la recuperación por parte ucraniana de territorios ocupados y consistentes en «ataques contra objetivos civiles».
El ministro francés de Justicia, Eric Dupond Moretti, consideró en la apertura de la reunión la importancia de coordinar esfuerzos entre las instancias investigadoras nacionales e internacionales. Así como las ONG, por ser las que «más cerca están de lo que ocurre sobre el terreno».