América Latina y el Caribe tienen el costo más elevado para una dieta saludable en comparación con otras regiones del mundo. Los grupos de alimentos más costosos son, en promedio, las verduras —en el Caribe y Centroamérica— y los alimentos proteicos de origen animal —en Sudamérica.
Según un informe Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2022, de la Organización de las Naciones Unidos para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el costo promedio de una dieta saludable en el mundo en 2020 fue de USD 3,54 por persona por día. En América Latina y el Caribe el costo promedio fue de USD 3,89 seguido por Asia (3,46), América del Norte y Europa (3,19) y Oceanía (3,07).
Jamaica es el país con la dieta saludable más costosa y Ecuador está entre los países de con menor costo.
La calidad de la dieta se asocia a la seguridad alimentaria y la nutrición, ya que una mala calidad de la dieta puede estar relacionada con diferentes formas de malnutrición. Entre otros el retraso del crecimiento, la anemia, el sobrepeso y la obesidad, señala el estudio.
Según el informe, se estima que 131 millones de personas en la región no se puede financiar una dieta saludable. Es decir, el 22,5% de la población de América Latina y el Caribe.
El hambre en el mundo aumentó en 2021, afectando al 9,8% de la población global. En América y el Caribe 56,5 millones de personas se vieron afectadas por el hambre. La cifra creció en 13,2 millones desde el estallido de la pandemia de la covid-19 en 2020.
Entre 2019 y 2021, el hambre aumentó más en Sudamérica, con 11 millones de personas adicionales, en Centroamérica, con 1,6 millones de personas más, y en el Caribe del 16,4%, con un aumento de 0,6 millones de personas.
El panorama regional y global
Las perspectivas socioeconómicas para 2022 en América Latina y el Caribe no son alentadoras. En el actual contexto inflacionario, las personas del quintil inferior de ingresos son las más afectadas. Ellas gastan una mayor proporción de su presupuesto en alimentos.
La pobreza agudizada y la elevada desigualdad de ingresos, agravadas por la ralentización económica y la recesión en los países de América Latina y el Caribe, contribuyen al aumento del número de personas que no pueden permitirse una dieta saludable.
El conflicto en Ucrania, que se inició en febrero del 2022, ha incrementado los precios de los principales productos alimentarios, de la energía y los fertilizantes, y está comprometiendo la seguridad alimentaria en todo el mundo.
El aumento de los precios del trigo, el maíz y el aceite de girasol dificulta el acceso a alimentos nutritivos que forman parte de dietas saludables en la región, ya que muchos países son importadores netos de estos alimentos.
