Encuentro de las neurociencias con la escuela y los aprendizajes

viernes, Feb 10

Una de las debilidades del sistema educativo de Ecuador es la ausencia de políticas públicas y líneas de investigación, en los ámbitos de la educación, la pedagogía y la didáctica.

Los datos oficiales demuestran avances cuantitativos en cobertura, pero en los cualitativos –asociados a la calidad- todavía se reconocen falencias. El Ecuador se ubicó en la media regional en los resultados Terce, según la última medición de la Unesco denominada LLECE (Serce y Terce).

Un punto importante digno de mencionarse es la ejecución de las ocho políticas educativas de Estado contenidas en el Plan Decenal de Educación 2006-2015, que fueron aprobadas en referendo por el pueblo ecuatoriano, que constituyeron una guía significativa para el desarrollo de los planes, programas y proyectos. Pero en los últimos siete años, los cambios han ido más en la línea de la infraestructura y equipamiento -escuelas del milenio y otros programas subalternos-, antes que en fortalecer el ámbito cualitativo: la calidad, asociada a la mejora de los procesos de aprendizaje en las escuelas del país.

Interconexiones
En el Ecuador existen pocos estudios sobre las neurociencias y sus relaciones con las escuelas y los procesos de aprendizaje de los estudiantes. Las escuelas –salvo excepciones- actúan sobre sistemas formales, anclados a modelos tradicionales, donde la gestión del currículo –lo administrativo- supera a las teorías pedagógicas, así como a los fundamentos curriculares, que deberían formar parte de la actualización de los docentes, y a los estándares de aprendizaje de los estudiantes, sobre la base de sistemas de evaluación y calidad sustentados en parámetros científicos.

Tracey Tokuhama-Espinosa ha identificado las interconexiones entre la psicología, el cerebro y la educación como ejes de sus investigaciones, que contrastan con los intentos de innovación desde el aparato escolar dirigido por el Ministerio de Educación, en el que prevalecen las estadísticas en financiamiento y cobertura, mientras que la calidad de la educación todavía es una deuda pendiente.

Y cuando nos referimos a la escuela nos encontramos ante un vacío no solo legal sino conceptual y pedagógico. La escuela actual responde a una cultura organizacional, que privilegia la cantidad de ‘materia’, en nombre de un currículo rígido, y donde los sistemas de evaluación compulsivos fomentan la incertidumbre, unidos a la falta casi absoluta de programas de investigación asociados a la educación, la pedagogía y la didáctica para la toma de decisiones.

Fuente: Interpretación en línea transdisciplinaria, por Tokuhama-Espinosa Nakagawa, (2008), redibujado por Bramwell, (2010).

La educación y la psicología en su conjunto tienen como objeto de estudio la formación de los seres humanos y sus comportamientos, de manera especial en relación con los aprendizajes. Una rama especializada –la didáctica-, inventada por Juan Amos Comenio contribuyó a mejorar ‘el arte y la ciencia de enseñar’. También tienen su estatus propio otras ciencias afines: la sociología de la educación, la antropología, la estadística y la ecología de los aprendizajes, entre otras.

En la actualidad la neuroeducación es considerada una disciplina -o mejor, una transdisciplina- que integra varias ciencias de la educación, cuyo núcleo central es el estudio del cerebro como constructo interdisciplurocognitivo de los seres humanos. En ese contexto, las neurociencias y la programación neurolingüística no pasan de ser espacios que se estudian en cursos especiales, sin mayor incidencia en las políticas públicas.

Espacios de investigación
Lo paradójico del proceso estriba en la poca o ninguna participación de los actores sociales, y la ausencia de las universidades y sus centros de investigación, en el diseño y ejecución de las políticas públicas en educación, así como en la fundamentación científica de las reformas.

El proyecto Escuela 2030 intenta crear espacios de investigación, formación docente y documentación para que la escuela sea reivindicada como el núcleo central de la reforma estructural, de largo plazo, que necesita el sistema educativo del Ecuador.

En 1971, Arthur Benton publicó ‘Introducción a la neuropsicología’. Y surgieron otras investigaciones sobre neuropsicología infantil y sus derivaciones: la neuropsicología del aprendizaje, la neuropsicología escolar, la neuropedagogía y la neurodidáctica.

Neurodidáctica
En 1988, Gerhard Preiss, investigador de la Universidad de Friburgo, introdujo la neurodidáctica como ciencia autónoma encargada del estudio de las relaciones entre el cerebro y la pedagogía.

Mente y cerebro
La doctora Tracey Tokuhama-Espinosa investiga y promueve la neuroeducación en el Ecuador y otros países. El libro ‘Ciencias de la educación, mente y cerebro” es una guía completa relacionada con la nueva enseñanza basada en el cerebro (W.W. Norton).

Nuevos proyectos
Sería oportuno que nuestras universidades desarrollen proyectos de investigación, que promuevan el encuentro de la escuela con las neurociencias, mediante estrategias específicas en coordinación con el ministerio de Educación e institutos especializados.