Subasta en Aeropuerto de Quito permitió una recaudación de USD 10 000

miércoles, Feb 15

Bisutería, tecnología y accesorios de viaje son los objetos más olvidados en el Aeropuerto Mariscal Sucre en Quito. Al cumplir un año se subastan en un evento público.

Este miércoles 15 de febrero de 2023 se llevó a cabo la jornada de pujas con un recaudo de USD 9 930. El valor corresponde a lo pagado por 10 lotes de diferentes artículos.

Los objetos ofertados eran de bisutería, tecnología, zapatos, ropa, juguetes, coches de bebé, gafas, bolsos y uno catalogado como varios. En ese último se incluía una medalla de la Conmebol.

De acuerdo con Carmen Ramón, asesora de la Gerencia de la Empresa de Servicios Aeroportuarios, los compradores deben retirar el mismo día el lote comprado. Por lo tanto, cancelarlo en efectivo a los funcionarios respectivos.

Una vez entregados los artículos cada persona deberá revisar su estado y firmar un acta de recepción. No hay devoluciones, aclara Ramón.

Este año asistieron más de 300 personas a la subasta. Una cifra que triplica a la del año anterior, que fue la primera edición. En total más de 3 500 artículos se entregaron a los compradores. No quedó nada y Ramón señala que habrá más ediciones de la subasta.

Gabriela Muñoz fue quien más pagó en el evento. Con USD 4 500 adquirió dos de los lotes más cotizados. Se trata de los artículos de tecnología y bisutería. En ese último se incluyen joyas de oro y plata que no han sido tasadas.

“Vi más o menos en cuánto se puede vender cada lote para ofertar”, cuenta Muñoz. Es la primera vez que acude a una subasta y se lleva los artículos para cosificarlos y venderlos. Es traductora de profesión y “no tenía ganas de ir”, pero vio una oportunidad de negocio.

Y con la misma premisa llegó Dani Pérez que se llevó por USD 850 el lote de gafas. Aunque en ese se incluyeron sombreros certificados, gorras y almohadas. No es comerciantes pero junto a un amigo busca “todo tipo de negocios en los que nos podamos meter”.

Es así como terminó con una decena de maletas llenas de diferentes artículos. Mientras revisaba pudo notar que algunas cosas eran nuevas. Y que los accesorios los podrá vender para grandes y chicos, “porque hay de todo”.

Desde el inicio llegó con la intención de comprar ese conjunto de productos. Y revela que no fue una puja tan apretada como la de bisutería o tecnología.