Los residentes de Galápagos denuncian el desabastecimiento de productos básicos en las islas. La crisis inició en marzo debido a la reducción de tres a un solo barco de provisión, a decir de la Alcaldesa de Santa Cruz, por la falta de planificación de Petroecuador, el Ministerio de Transporte y el Consejo de Gobierno, lo que redujo el suministro de productos a un 60% de lo necesario.
El problema se suscita al mismo tiempo el gobierno anuncia con gran pompa, aunque con escasa información, la emisión de bonos azules por 656 millones de dólares. A decir del Canciller, luego de crear la Reserva Marina Hermandad (noviembre de 2021), se inició una búsqueda de recursos con ‘instituciones de filantropía para la protección de océanos’ y se creó ‘una estructura financiera única en el mundo […] para regalarle plata a Ecuador’, de manera que en marzo de 2023 -mismo mes en que inició la crisis de sumistros- se conformó la empresa ‘Blue Financing Designated Activity Company (GPS Blue)’ en Irlanda, para la emisión de los bonos.
Una de las mayores operaciones del ‘capitalismo verde’ promovido por gobiernos, organismos internacionales y grandes grupos corporativos, cuyo pilar es usar el mercado para ‘reparar’ problemas ambientales: una lógica de mercantilización de la naturaleza, entendida como un conjunto de objetos que pueden ser apropiados y monetizados, bajo la ilusión de que la explotación de recursos y la conservación son compatibles.
Sin embargo, una nota de la revista Forbes de noviembre de 2022 aclara las verdaderas motivaciones de la operación: los bonos azules están de moda ‘por las enormes oportunidades que se les presenta a las empresas vinculadas con la producción marítima’, compuesta principalmente por exportaciones de camarón, pescado blanco y atún, que generó 3.200 millones de dólares en exportaciones en 2021, que corresponde al 16% del total de ventas del Ecuador al exterior, a decir del Director Regional de la Corporación Financiera Internacional (IFC), parte del Banco Mundial.
Esa declaración evidencia que los bonos azules no son una iniciativa de filántropos, sino que se hicieron con expectativas de inversión. En esa medida, persiste la necesidad de plantear alternativas realmente sustentables para el desarrollo, más aún cuando la crisis ecológica es el centro de todas las crisis que enfrenta la humanidad.