La crisis energética es el primer gran desafío del presidente electo Daniel Noboa

martes, Oct 24

Daniel Noboa es el próximo presidente de Ecuador y está previsto que asuma funciones a finales de noviembre, es decir, a puertas del mes donde se disparará el consumo de luz por las fiestas decembrinas y con tres meses de estiaje, es decir, recibirá un país en el punto más álgido de la crisis energética.

Las acciones que pudiera tomar el mandatario entrante son limitadas, según expertos consultados por Ecuavisa.com, porque los plazos de implementación de las posibles soluciones superan el tiempo estimado que durará la sequía en las zonas de las hidroeléctricas, proyectado hasta marzo de 2024.

Es decir, logísticamente, adaptar los sistemas para comprar energía pudiera concretarse a un costo elevadísimo y luego de superada la crisis, cuando ya no sea necesaria esa cantidad de energía.

En el plan de Noboa solo se habla a breves rasgos de que invertirá en energías renovables. Durante el debate presidencial de primera vuelta, aseguró que hay «mafias» enquistadas en las empresas públicas que brindan el servicio.

¿Podrá Noboa evitar que existan apagones?

El temor de que existan apagones se ha convertido en realidad para algunas ciudades de Ecuador que, en las últimas semanas, se han quedado sin energía eléctrica en sus hogares, pero también en fábricas y empresas que deben buscar alternativas para evitar pérdidas.

Ocurrió la noche del 3 de octubre en Quito, Riobamba, Cuenca, Guayaquil, Durán y otros cantones, luego de que el Gobierno alertara la presencia de cortes puntuales y posteriormente garantizara que no iban a darse. También pasó la tarde del jueves 19 de octubre en Samborondón y Daule, según la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL), por una línea afectada que está en reparación.

Las autoridades del gobierno actual no dan garantías al respecto. En declaraciones a la prensa han dicho que no habrá cortes, y otros que no pueden saberlo porque depende de que llueva.

Hugo Arcos, encargado del departamento de Energía Eléctrica de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), cree que los apagones son inevitables en este punto y que más bien deberían planificarse para que sean eficientes.

Explica que no hacerlo pondría en riesgo la integridad operativa de las hidroeléctricas, porque la cota de los embalses está a punto de llegar a niveles mínimos. Si eso pasara, ingresaría lodo y afectaría a las turbinas. «Desde el punto de vista técnico, sería una barbaridad», explica Arcos.

Ya está ocurriendo en la central Mazar, donde el nivel de agua ha disminuido de manera peligrosa. Según el Operador Nacional de Electricidad (CENACE), el 19 de octubre, la cota fue de 2 123 metros sobre el nivel del mar y el mínimo es 2 115 metros.

Para Arcos, lo ideal es programar los cortes de manera que sean eficientes, «que valgan la pena», o sea, en horarios de alto consumo energético.

Noboa tendría que tomar una difícil decisión, porque hacerlo sería antipopular y ciudades sin luz podrían ahondar la crisis de inseguridad.

Expertos recomiendan transparentar la información, como primera decisión urgente del nuevo Gobierno

Jorge Luis Hidalgo, experto en temas energéticos; el analista económico José Alvear; y el académico Arcos, coinciden en que la primera acción a tomar por el nuevo gobierno es transparentar la información.

Explican que no hay datos claros de la situación actual, las autoridades a cargo se contradicen y Alvear incluso presentó una denuncia por el manejo de fondos públicos en contrataciones emergentes, en específico, por la compra de 32 máquinas y motores generadores que producen 54,4 megavatios.

Por eso, el analista económico cree que incluso antes de ser posesionado debería pedirle al presidente Guillermo Lasso que pare las contrataciones.

También sugieren convocar a un comité de crisis con expertos en el sector energético para tomar decisiones informados. Los tres analistas cuestionan que no se hayan tomado acciones anteriores para prepararse frente al estiaje.

Otras alternativas que podría considerar Noboa

El ingeniero Arcos ve con poca esperanza la propuesta de la actual administración de que barcazas de empresas internacionales vendan energía térmica a Ecuador. Explica que normalmente la instalación de una central puede tomar más de un año. Sin embargo, si al asumir el poder esto todavía no se ha concretado, Noboa podría acelerar los trámites burocráticos para que sea lo antes posible.

Alvear, en cambio, recomienda invertir USD 80 millones en el parque de las termoeléctricas para subsanar el desfase de energía. A futuro, también ve necesario que las turbinas generadoras pasen de usar combustibles líquidos a gas natural.

Jorge Luis Hidalgo cree que es necesario, como Estado, impulsar la seguridad energética. Explica que el gobierno de Noboa debería crear políticas para el aprovechamiento de los sistemas existentes, también ve una oportunidad en impulsar la eficiencia energética a gran escala y dice que es necesaria una conversación sobre la focalización de los incentivos a la energía.

Lo cierto es que el nuevo Presidente debe prestarle atención a esa crisis lo antes posible porque también se está invirtiendo gran cantidad de recursos en la compra de energía a Colombia, país que además podría restringir la venta. Ecuador gasta entre dos y tres millones de dólares al día en esa importación.