En unas elecciones cuestionadas por Occidente, el presidente ruso se aseguró otros seis años en el gobierno. Así, se pone en camino a superar a Josef Stalin como el líder ruso con más años en el poder si completa su período en 2030.
Después de 24 años en el Kremlin, Vladimir Putin aseguró este domingo otros seis años como presidente tras imponerse en las elecciones desarrolladas este fin de semana en Rusia. La votación, que en sí fue en gran medida una formalidad, lo coloca en camino a superar a Josef Stalin como el líder ruso con más años en el poder si completa su período en 2030. El fallecido jerarca soviético fue secretario general del Comité Central del Partido Comunista entre 1922 y 1952.
En una votación denunciada por Estados Unidos como “obviamente no libre ni justa”, Putin obtuvo el 87% de los votos, según las encuestas a boca de urna publicadas por las encuestadoras estatales Russian Public Opinion Research Center y Public Opinion Foundation.
Después de contar el 50% de los votos, la comisión electoral rusa afirmó que Putin lideraba con el 87,34% de los votos. Los datos recogidos por la televisión pública RBC situaban en segundo lugar a Nikolai Kharitonov (4,07%), seguido de Vladislav Davankov (4,01%) y Leonid Slutsky (3,09%).
El gobierno también afirmó que la participación fue la más alta de la historia, con un 74% del electorado. El anterior resultado más alto de Putin se produjo en 2018, cuando aseguró haber obtenido el 76,7% de los votos con una participación del 67,5%.
Putin dijo que su victoria en las elecciones permitirá a Rusia ser “más fuerte y efectiva”. Hablando en su sede de campaña, afirmó: “A partir de cada voz, estamos construyendo una voluntad común del pueblo de la Federación Rusa”. Prometió que “nadie podrá con Rusia”.
También agradeció a los ciudadanos que acudieron a los colegios electorales y expresó “un agradecimiento especial a nuestros guerreros en la línea de contacto”, en referencia al frente de la guerra en Ucrania. “Por mucho que intentaron asustarnos, reprimir nuestra voluntad, nuestra conciencia, nadie lo ha logrado en la historia. Fracasaron ahora y fracasarán en el futuro”, añadió. Junto con ello amenazó a Kiev: “No les dejaremos en paz”.
Putin celebrará su triunfo en un concierto este lunes en el estadio Luzhniki para conmemorar el décimo aniversario de la anexión de Crimea a Ucrania, indicó The Guardian.
Para Putin, un exteniente coronel de la KGB que llegó al poder por primera vez en 1999, el resultado pretende subrayar a Occidente que sus líderes tendrán que enfrentarse a una Rusia envalentonada, ya sea en guerra o en paz, durante muchos años más, señaló Reuters.
La agencia de noticias también destacó que el nuevo mandato de seis años le permitirá a Putin, de 71 años, superar a Josef Stalin y convertirse en el líder con más años de servicio en Rusia, durante más de 200 años. Incluso, en teoría, Putin podría buscar un sexto mandato y continuar hasta 2036, lo que le daría más tiempo en el poder que Catalina la Grande en el siglo XVIII, resaltó la BBC.
Aunque la reelección de Putin no estaba en duda dado su control sobre Rusia y la ausencia de verdaderos aspirantes que pudieran desafiar su poder, el líder del Kremlin quería demostrar que cuenta con el apoyo abrumador de los rusos, indicó Reuters
Los partidarios del líder opositor Alexei Navalny, que murió en una prisión del Ártico el mes pasado, habían pedido a los rusos que acudieran a la protesta “Mediodía contra Putin” para mostrar su disconformidad contra un líder al que tachan de autócrata corrupto. “No importa por quién votes (…) aunque por lo que tengo entendido no dio ningún resultado”, comentó el presidente ruso sobre esta manifestación de sus detractores. “Si quieres arruinar los intentos de otras personas de votar… eso no es democrático”, agregó.
El presidente ruso también se refirió por primera vez a la muerte de Navalny, calificándola como un “incidente desafortunado”. “Estas cosas suceden, así es la vida”.
No hubo un recuento independiente de cuántos de los 114 millones de votantes rusos participaron en las manifestaciones de la oposición, en medio de un dispositivo de seguridad extremadamente estricto en el que participaron decenas de miles de policías y agentes de seguridad. Cuando la viuda de Navalny apareció en la embajada rusa en Berlín, donde los rusos esperaban para votar, algunos la aclamaron y corearon “Yulia, Yulia”.
Los resultados de las elecciones fueron rápidamente criticados por los países occidentales. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, dijo: “Las elecciones obviamente no son libres ni justas dado que el señor Putin ha encarcelado a opositores políticos y ha impedido que otros se presenten contra él”.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, apuntó en la misma línea en un discurso el domingo por la tarde, donde aseguró que Putin se había vuelto “adicto al poder”. “Esta imitación de ‘elecciones’ no tiene legitimidad y no puede tenerla”, afirmó. “Esta persona debe terminar en el banquillo de los acusados en La Haya. Esto es lo que debemos garantizar, cualquier persona en el mundo que valore la vida y la decencia”.
Previo a los comicios, los expertos resaltaban que lo que más importaba era el alcance de la victoria de Putin, para así tener mano libre para revivir lo que dice son las tradiciones ortodoxas conservadoras de Rusia y, en última instancia, prevalecer en Ucrania y en su confrontación más amplia con Occidente.
“Esto legitimaría el legado de Putin y su guerra de agresión, relegando a la oposición restante a un papel aún más marginal y permitiendo a Putin implementar, sin control, su visión para los próximos seis años”, dijo el grupo de expertos del Parlamento Europeo, que proporciona análisis e investigación sobre cuestiones políticas relacionadas con la Unión Europea, en un documento informativo este mes.