70 familias en Napo se dedican al cultivo de hortensias que llegan al mercado internacional

sábado, Jul 12

Entre las montañas de la parroquia Santa Rosa, en el cantón El Chaco, al norte de Napo, se despliegan cultivos de hortensias que tiñen el paisaje de blanco, lila, rosado y celeste.

Pero este mosaico no siempre estuvo aquí. Hace seis años el terreno era dominado por pastizales para ganado. Hoy, unas 70 familias han cambiado de rumbo para dedicarse al cultivo de estas flores y abrirse paso en el mercado internacional.

Cuidado en invernaderos

Las hortensias crecen en 15 invernaderos distribuidos en cuatro fincas. La actividad comienza con la selección de esquejes: pequeños brotes cortados de plantas madres, sanos y vigorosos, que se colocan en viveros para echar raíces.

Tres meses después pasan al suelo definitivo, enriquecido con compost orgánico que los propios floricultores preparan a partir de residuos vegetales. Ellos mantienen un sistema de riego constante para cada bloque, asegurando que el suelo nunca pierda humedad.

Cada jornada de corte empieza a las 07:00, antes de que el sol sea intenso y las flores se marchiten.

El clima, a 16 grados y 2 100 metros de altitud, favorece que se desarrollen tallos de hasta 1,20 metros y flores que pueden llegar a medir 70 centímetros de diámetro. Cada hortensia reúne hasta 200 pétalos.

Estados Unidos, Rusia y Holanda son los principales mercados

Con tijeras desinfectadas, seleccionan tallos firmes, con corolas completamente abiertas, simétricas y de colores intensos. Se cortan en diagonal, a una altura de entre 40 y 60 centímetros para garantizar su duración. Cada semana, cosechan hasta 7 000 hortensias.

«Una hortensia dura, el tallo muy grueso, la tonalidad de la hoja muy verde y el botón tiene que ser grande», señalo Jonathan Jaramillo, floricultor, sobre las características que deben tener las plantas.

Estas pasan por la poscosecha, donde las protegen con capuchones y las colocando en cubetas con agua para mantener su frescura.

«Dependiendo de cada país, estamos hablando más o menos un aproximado de USD 2 a 2,50. Para nosotros es un hito histórico poder exportar las flores», dijo Jaramillo.

Así, viajando hacia mercados de Estados Unidos, Rusia y Holanda, prueban que Santa Rosa cambió su destino e hizo florecer su economía.